la “santificación”, y el acceso al santísimo que el escritor ha estado discutiendo. Esta epístola enseña con inconfundible claridad que los acontecimientos del Viernes Santo, la Pascua y Pentecostés hacen posible un nivel y calidad de salvación personal que no eran accesibles antes. La dispensación del Espíritu Santo es un real avance, no sólo en método de alcance redentor y en revelación de la verdad, sino en el área del logro espiritual accesible. Bajo el antiguo régimen se preveía tal profundidad
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